Debes haber escuchado la frase; el Bull Terrier no es un perro para todo el mundo; esta frase escrita por Bethany Gibson autor del libro Bull Terrier, quien describe con exactitud la personalidad de nuestro querido Bull Terrier Ingles, señalándolo como; juguetón, activo, curioso, peculiar, simpático, sensible, leal, cariñoso, tozudo, voluntarioso, mandón, dominante, destructivo.
Aquellas personas que no están dispuestas a enfrentar este reto de personalidad de esta raza; es mejor abstenerse a ello; y no terminar desalojando al ejemplar; pero aquellos que lo acepten deben saber; que pasaran por inconvenientes inimaginables pero final se verán recompensados.
En este artículo queremos darte unas pautas guías para manejar la personalidad, el temperamento de tu Bull Terrier, y tenemos la certeza que te sentirás muy identificado con alguno de ellos. Recuerda; el resultado depende de tu esfuerzo, paciencia y perseverancia.
El Bull Terrier es muy devoto de su amo y de su familia, pero su lealtad puede ser decepcionante
Si, así como lees, aunque es extremadamente afectuoso y capaz de hacerle creer que usted es el único que le importa de verdad, se irá con cualquiera que tenga una golosina y una voz amistosa, y ni siquiera se molestará en mirar atrás. Debido a eso, lo mejor es mantenerse alerta cuando se sale con ellos de paseo.
La personalidad del Bull Terrier en estos casos; se puede comparar con la de un gato. Por ejemplo, se sentarán sobre tu regazo y te rogará que le rasques y acaricies, y al minuto siguiente no querrán nada contigo y estará haciendo sus cosas por su cuenta.
Los Bull Terrier viven para auto complacerse. Se esforzarán por complacer a sus humanos cuando les convenga, por eso a muchos no nos cabe duda que es el mas astuto de su especie
Tienen su propia mentalidad y creen que su puesto es el de gobernar el hogar.
No subestime la inteligencia del Bull Terrier; sabe cómo conseguir lo que quiere y hará muchas cosas para obtenerlo.
Por esto, hay que darle su lugar en la casa desde cachorro, y enseñarle quien manda. Los Bull Terrier pueden ser muy malévolos y, cuando se les prive de hacer lo que quieran, saldrán corriendo de inmediato para dar con tus posesiones más valiosas y para hacer sus «travesuras» (ojo los perros nunca son vengativos).
No se pierden nada y siempre están en medio de todo lo que ocurre. No se fíe de un Bull Terrier dormido, ya que siempre está escuchando y de cuando en cuando abre un poco un ojo, simplemente para ver lo que está pasando.
Dejar solo a tu Bull Terrier durante largos periodos es algo totalmente inaceptable, y se encargará de hacértelo saber.
No te sorprendas si tu perro decide morder los almohadones de la silla hasta convertirlos en pequeños trocitos y dejarlos por todo el suelo; o destroce su cama, o quizás hasta encuentres un agujero en la pared como si un enorme ratón haya querido escapar por ahí.
Dale una hora, y quizá destruya toda su casa. El castigado no será el, el castigo será para ti por dejarlo solo muchas horas. Debes comprender que ellos son muy apegados a sus humanos, y largas horas sin compañia los estresa. Desde que llega a tu casa debes enseñarte (si a ti) a que no es bueno humanizarlos, y enseñarle a el, que tu siempre regresarás a casa, para estar a su lado.
Bien dicen que guerra avisada no mata soldado.
Con el castigo físico no se consigue nada, en primer lugar; porque no se debe acudir al maltrato, y en segundo; el Bull Terrier tiene una resistencia muy alta ante el dolor y lo que conseguirás será que tenga temor, no respeto.
Lo mejor es que desde muy pequeño se utilice una voz firme, fuerte; que no es lo mismo gritar como locos; cuando tu Bull Terrier se haya portado mal. Observa cómo echa sus orejas hacia atrás y cómo mueve la cola sin cesar mientras se agacha para adoptar una postura de sumisión; mientras el cuerpo le tiembla y ruega que lo perdone.
En este momento no puedes cometer el error de decir… ¡»ay no perdóname por gritarte»!!, porque el utilizará esto en tu contra! Es difícil guardarle rencor a un Bull Terrier durante mucho tiempo, pero debes mantener tu posición; igual esto es solo por unos minutos.
Él no te dejará estar solo, te molestará y te perseguirá por toda la casa con esos ojitos chinitos llenos de vergüenza; de arrepentimiento; hasta que sonrías y le des una cariñosa palmada, una caricia o te revuelques con él por el suelo. Pero prepárate: diez minutos más tarde volverá a hacer lo que le metió en líos al principio.
Tu Bull Terrier suele ser testarudo
En ellos podemos aplicar la frase «mas terco que una mula»; pero rara vez es estúpido y tonto. Alegrar las cosas y hacer que todos rían son su especialidad. De alguna forma, parecerá entender tus sentimientos y hará todo lo mejor que pueda para animarle y alegrarle el día cuando estés triste.
En general, un Bull Terrier Ingles asertivo puede ser un buen perro guardián; ya que es fuerte y tiene determinación. Aunque algunos son tan cariñosos que corremos el peligro de que mate a un intruso a lengüetazos en lugar de atacarle, esto no suele suceder con todos ellos.
Si un Bull Terrier nota que su amo o su hogar están siendo atacados, se transformará instantáneamente en un valiente gladiador; haciendo honor a su herencia. Debido a su pequeño tamaño, no compite con los perros de protección mayores que él; como el Pastor Alemán o el Rottweiler; pero posee la determinación suficiente como para estar a la altura de estos perros y a la de la mayoría de sus primos Bull y terrier.
Si es necesario, tu perro será un excelente perro guardián; con una voz estridente que le confiere un aspecto feroz y serio. Estos rasgos hacen que el Bull Terrier sea un compañero ideal, ya que hay pocos payasos caninos que puedan desprenderse de su enorme nariz colorada y su peluca para convertirse; en un abrir y cerrar de ojos; en un súper perro para proteger a la familia que tanto quiere.
Se un propietario responsable, educa a tiempo a tu ejemplar con las tres claves, paciencia, perseverancia y amor.
Si a pesar de haber dedicado de manera responsable tu tiempo a criarlo; y su comportamiento es agresivo, poco sociable o destructivo, lo mejor es solicitar la ayuda de un etólogo canino.